Desde hace unos años mi compañera Laura Cerdán y un servidor presentamos unos proyectos de talleres de Plástica en las Aulas Hospitalarias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia.
Desde entonces son muchos profesores y maestros los que están participando en ellos. Por un día dejan su puesto habitual y se desplazan al hospital. El equipo de las Aulas Hospitalarias ("super equipo" con muy buenos profesionales docentes) coordina las idas y venidas de cientos de nosotros desde los proyectos de Plástica "Martes con Arte" o de Música ("Música los Viernes"). Os dejo una breve reseña aportando información sobre lo que allí hacemos, agradeciendo a los compañeros de nuestro centro que ese día tengan que cubrir nuestra ausencia en sus guardias. Un taller de Minfullness y Arteterapia en el hospital. Cada sesión en el cole del hospital es una aventura emocional que se desarrolla en el encuentro entre personas. Los niños llegan con sus procesos personales y particulares de hospitalización, enfermedad... De ahí que sea natural que aparezcan resistencias a no querer participar o implicarse poco en la propuesta; sobre todo cuando la propuesta busca conectar con uno mismo y no distraerse. Esa conexión al principio puede ser incómoda o dar miedo, sin embargo al final trae el equilibrio de la regulación emocional, como base para la autogestión de los problemas o conflictos del niño. No se trata de un taller terapéutico, este no es el encuadre; pero la actividad plástica de por sí trae ese estado de flujo que permite esa regulación o calma de las emociones, y al poco todos van entrando a su ritmo, a su manera, con su particular forma de sentir. Lo importante es que como docentes no forcemos con exigencia a los alumnos, sino dejarles un espacio de autorregulación emocional y de contención en el que vaya aflorando la confianza en uno mismo para dejarse disfrutar en lo que se propone como actividad. La maestra Ana gestiona muy bien al grupo, conoce a los chicos y sabe cómo hacerles participar; te apoya, actúa y sugiere para que algunas dinámicas funcionen mejor. Los más pequeños estuvieron con sus actividades y en momentos seguían el juego de los mayores de descubrir con qué objeto se estaba acariciando, las tres técnicas de masaje (lluvia, río y olas) y entraron de lleno en la pintura de dedos.
Se ve
necesario el aplicar con cierta continuidad algunas de estas técnicas de
mindfullness para que los chicos puedan participar con mayor implicación (son
un aprendizaje en sí mismas).
Personalmente
he disfrutado mucho con la interacción con las niñas y niños, desde un
sagrado respeto por su profunda y bella singularidad, por la fragilidad dado
su estado de hospitalización y el agrado de haber participado en un entorno
educativo en el que se cuida al menor y se le respeta, bases asentadas por la
maestra de primaria al cargo, Ana. Sin duda es una profesional que pone el
corazón en el aula, y ese trato emocional los niños lo sienten y agradecen.
Lo que nos aporta participar de esta experiencia en el hospital es que allí no son tan importantes los contenidos, ni las actividades; lo importante es abrir el corazón y encontrarnos en los ojos de estos niños con bellas vivencias de superación humana, y la capacidad de aportar lo mejor de cada uno para ayudarlos en su situación de enfermedad y hospitalización. Es una situación educativa en la que se pone en valor la empatía y el servicio por encima de la exigencia académica.
Quisiera agradecer como coordinador de estos proyectos de Plástica al Equipo de las Aulas Hospitalarias su dedicación para que sigan funcionando tan bien, y valorar con todos los docentes las muchas iniciativas que llevamos adelante para aportar valor a nuestra sociedad.
Abrazo a todas y todos.
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lunes, 2 de noviembre de 2015
TALLERES DE PLÁSTICA EN LAS AULAS HOSPITALARIAS
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